Colectivos de arte
EN MÉXICO

Inbal Miller Gurfinkel[*]




En este texto se hace un breve recorrido por los diferentes colectivos de arte que, en las últimas tres décadas del siglo XX, se unieron en la Ciudad de México buscando trabajar con mayor libertad, ampliar el público y establecer con él un diálogo abierto, fuera de los límites de las instituciones culturales existentes.



c Colectivos de arte en México

Los colectivos han sido una forma común de expresión artística que se puede rastrear en México de forma sistemática desde mediados del siglo XX, aunque esto no implica la inexistencia de otro tipo de agrupaciones artísticas anteriores a este tiempo. Sus miembros se vinculan no sólo por su interés en un género artístico, aunque también hay ejemplos interdisciplinarios, sino básicamente por el deseo de tener una voz colectiva que les otorgue una mayor potencia dentro del mundo del arte. Asimismo, es común que los colectivos compartan perspectivas políticas, sociales o culturales y sus obras expresan dichas ideas.

La motivación de los colectivos suele ser más intelectual que económica, aunque sus obras pueden formar parte del mercado del arte. Los integrantes de estas agrupaciones son artistas de diversas disciplinas: escritura, música, artes plásticas, entre muchas otras. Pese a sus profundas diferencias formales, los conocidos como los Grupos se propusieron realizar un trabajo colectivo, por encima de la idea tradicional del artista aislado, al tiempo que buscaron nuevos públicos y espacios de circulación de la obra de arte. Se ha considerado al movimiento estudiantil de 1968 como el antecedente del trabajo colectivo desarrollado en los años setenta. Para la mayoría de los artistas, los Grupos eran una respuesta al estancamiento del medio artístico de esos años, y asumían en la experimentación plástica un medio de aprendizaje alternativo y renovado.

Los colectivos artísticos en México comenzaron a visibilizarse y tomar fuerza en un periodo social y político muy agitado, esto es, a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta. Un año que se ha vuelto referencia en el arte colectivo mexicano es 1977, cuando la artista Helen Escobedo fue comisionada para escoger la representación de México en la X Bienal de Jóvenes, que tendría lugar en París. Escobedo decidió que la representación mexicana estuviera conformada por grupos y no por individuos, por lo que formaron parte de este importante evento de arte los colectivos Suma, Proceso Pentágono, TAI y Tetraedro.

La X Bienal de Jóvenes de París tuvo un efecto catalizador en el movimiento de los Grupos en México, pues fue a partir de ese momento cuando los colectivos comenzaron a tener mayor fuerza y presencia, y se sumaron nuevos artistas, de manera que se desarrolló un nuevo lenguaje cultural que incluía la experimentación con diversos materiales y soportes.

Entre 1977 y 1982, se formaron más de una decena de agrupaciones de artistas y teóricos: Tepito Arte Acá, Proceso Pentágono, Mira, Suma, Germinal, el Taller de Arte e Ideología (TAI), El colectivo, Tetraedro, Março, Peyote y la Compañía, No Grupo, el Taller de Investigación Plástica (TIP) y Fotógrafos Independientes, entre muchos otros (Vázquez, 2014, p. 196).

Durante 1973 un colectivo de artistas, conformado por Daniel Manrique, Francisco Zenteno, Francisco Marmata, Julián Ceballos y el escritor Armando Ramírez, llevaron a cabo una exposición titulada “Conozca México, visite Tepito”, en la cual, a partir de fotografías, música e instalaciones, recreaban el bien conocido barrio de la Ciudad de México. A partir de 1974 ya se nombraban Arte Acá y pueden ser considerados como un antecedente del movimiento de los Grupos, ya que el colectivo exploraba la unión de artistas, así como el trabajo colectivo vinculado al activismo urbano.

Detalle de mural de Daniel Manrique en Tepito

El colectivo Suma fue fundado en 1976, en el taller de muralismo que impartía Ricardo Rocha, por un grupo de alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) que buscaban una alternativa política a sus prácticas artísticas. En 1979, el grupo presentó una instalación en el primer Salón de Experimentación, en la Galería del Auditorio del Instituto de Bellas Artes. Al ganar el primer premio, el colectivo se opuso a la distinción y vandalizó su propia obra. Generalmente eran artistas que iban en contra de la institución, por lo que generaban obras transgresoras del pensamiento oficial.

Oliverio Hinojosa, sin título, 1979,
sello de tinta sobre papel

También en 1976, se formó el grupo Proceso Pentágono, conformado por Víctor Muñoz, Felipe Ehrenberg, Carlos Finck y José Antonio Hernández Amezcua, considerados como pioneros en el arte conceptual en México (Debroise y Medina 2007, p. 220).

Proceso Pentágono “definió a la experimentación y al proceso de trabajo colectivo como sus principales herramientas de trabajo. Sus miembros preferían llamarse ‘trabajadores de la cultura’ en lugar de ‘artistas’” (Debroise y Medina, 2007, p. 220).

Integrantes del grupo Proceso Pentágono

El grupo Mira estuvo integrado por Melecio Galván, Arnulfo Aquino, Jorge Perezvega y Rebeca Hidalgo, integrantes de las brigadas estudiantiles que elaboraron la gráfica del 68, y participantes activos en diversos movimientos sindicales y vecinales (Debroise y Medina, 2007, p. 224).

El arte correo fue también una forma de expresión colectiva, sólo que, a diferencia del resto de los grupos, éste era a distancia, y se desarrolló en los años setenta y ochenta mediante el sistema postal. Fue una forma de intercambio estético-político entre artistas de diferentes partes del mundo, una colectividad ampliada.

Sobre de arte postal de CrackerJack Kid, también conocido
como Chuck Welch

Durante mucho tiempo, todos estos grupos de artistas pusieron en duda el arte oficial transgrediendo la forma tradicional de creación, a fin de que las instituciones ampliaran su límites expositivos.

El concepto de transgresión se asocia a las ideas de resistencia, rebeldía, protesta, insurrección, subversión e independencia, que a su vez refieren a una confrontación con una institución de poder, en este caso, el museo. Para Georges Bataille, la transgresión es una forma de desdibujamiento de los límites impuestos, una “negación de lo prohibido” (2008, p. 67). Para lograr un traspaso o desdibujamiento de fronteras, algunos artistas utilizaron la transgresión como estrategia creativa, y de esta manera ejercieron una mayor libertad de expresión intentando no atenerse a las reglas impuestas por grupos de mayor poder. Establecieron de este modo, una relación de provocación y cuestionamiento permanente a la institución.

c Los noventa

Durante la década de los noventa, en México iniciaba el trabajo de dos instituciones que favorecieron la creación artística: el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) –hoy Secretaría de Cultura–, establecido en 1988, y un sistema de becas otorgadas a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), establecido en 1989, aunque ambos organismos gubernamentales tenían la intención de promover un arte que exaltara los logros de la nación, de la globalización. En ese momento, los artistas estaban más interesados en la experimentación, alejados de las preocupaciones del gobierno en turno, y los artistas emergentes no tenían cabida en los espacios oficiales, por lo que comenzaron a crear espacios alternativos o independientes.

No pretendían que éstos fueran museos, sino que planteaban una constante renovación de dichas instituciones, a fin de instituir lugares alternativos al conservadurismo. “El espacio alternativo, en este sentido, ofrece al creador un contexto tanto físico como crítico-discursivo donde desarrollar su obra más allá –no importa si por encima, por debajo o a un lado– de las exigencias del mercado y de las censuras de la institución” (Ruiz-Rivas, 2006, p. 141).


El Salón des Artistes,
que posteriormente
cambió a Salón
des Aztecas,
originalmente
estuvo en la calle de
República de Cuba
54, ahora se ubica
en Calle 13, número
58, interior 1 y 2,
colonia San Pedro
de los Pinos


Aparte de tener en mente el contexto político, es importante considerar el social; después del terremoto de 1985, muchas zonas fueron afectadas, y a raíz de las movilizaciones relacionadas con el desastre natural, artistas de diferentes disciplinas se unieron para organizar actividades culturales en solidaridad con los afectados. Por ejemplo:


Aldo Flores, artista plástico multidisciplinario, promotor y curador, creó el movimiento post-moder-ñero con Enrique Cava y Enrique Cantú en 1984-87, dentro del cual organizaron el concierto pro-damnificados del terremoto en el Teatro Ángela Peralta. En 1988 el proyecto cambió su nombre por el de Renacimiento Tenochtitlán, al que se adhirieron Eloy Tarcisio, los hermanos Quiñones, Taka (Francisco Fernández), Claudia Fernández, Enrique Cantú, Humberto del Olmo […] ente otros. Abrieron el espacio Salón des Artistes en México, que posteriormente cambió a Salón des Aztecas, espacio alternativo en la calle de Cuba 54, en el Centro Histórico, que se inauguró en 1988, [y el cual se volvió] semillero de jóvenes que iniciaron su carrera en este espacio (Alvarado, 2000, p. 43).


La escena alternativa en México comprende espacios creados y regidos por grupos de artistas mediante colectivos, de carácter no lucrativo. Éstos generaron un subsistema paralelo que podría considerarse como independiente, con reglas propias.

Durante la década de los noventa, se llevaron a cabo actividades en las calles o en los lugares antes mencionados, como un constante cuestionamiento intelectual entre los artistas sobre los espacios en donde debe ser creado y exhibido un objeto estético; también examinaban así el límite de la experiencia privada del quehacer artístico y la posible lectura que generaría a su espectador.

Algunos de esos espacios son: La Agencia, La Quiñonera, La Mueblería, el Observatorio, La toma del Balmori, La Toma del Rulle, La galería Zona, La Gloria, Caja Dos, La Panadería, Obra Negra, Art Deposit, Atlético, entre otros. Eran lugares con mayor libertad creativa, y que, si bien no todos estaban conformados por colectivos, sí generaron una comunidad en donde el público y los creadores lograban reconocerse y coexistir.

Los espacios generados en la década de los noventa han sido una importante fuente de inspiración para los jóvenes artistas de hoy, ya que lograron expandir los límites impuestos por los museos en ese entonces y favorecer la apertura del diálogo.

En la actualidad, existen muchos colectivos artísticos que, de alguna manera, toman como referencia los creados en las décadas de los setenta a los noventa y proponen de manera crítica romper con las limitaciones de las instituciones culturales de nuestro país. Algunos de ellos son: Biquini Wax EPS, Huellas y Ruina, La Quebrada, QuiñObrerA, Rivera, Yope Projects, Salón Silicón, entre muchos otros. Con gran frecuencia, estos colectivos funcionan como espacios expositivos de experimentación y también como lugares donde se puede generar un diálogo más abierto y continuo.

En suma, los colectivos artísticos en México han seguido diversos caminos y acompañado diferentes luchas, y gran parte de ellos se propusieron entablar un diálogo con mayor apertura, así como trabajar con una amplia libertad creativa.

c Referencias

ALVARADO, Dulce María (2000). Performance en México (Historia y desarrollo). Tesis de licenciatura en Artes Visuales, UNAM. http://132.248.9.195/pd2000/278751/278751.pdf Ir al sitio

BATAILLE, Georges (2008). El erotismo. Traducción de Marie Paule Sarazin. Tusquets.

DEBROISE, Olivier, y Medina, Cuauhtémoc (editores) (2007). La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en México 1968-1997. MUAC-UNAM, Turner. https://muac.unam.mx/assets/docs/la_era_de_la_discrepancia.pdf (edición de 2014, con textos de Olivier Debroise, Tatiana Falcón, Pilar García de Germenos, Vania Macías, Cuauhtémoc Medina, Lourdes Morales, Alejandro Navarrete Cortés, Álvaro Vázquez Mantecón). Ir al sitio

RUIZ-RIVAS, Tomás (2006). Espacios dislocados. El Ojo Atómico: antimuseo de arte contemporáneo. SITAC V: Diálogos impertinentes, pp. 141-146. Patronato de Arte Contemporáneo. http://www.pac.org.mx/uploads/sitac/pdf/15-SITAC-V-Di%C3%A1logos-impertinentes_Tom%C3%A1s_Ruiz-Rivas.pdf Ir al sitio

VÁZQUEZ, Álvaro (2013). Los Grupos: una reconsideración. La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en México 1968-1997, pp. 196-198. MUAC-UNAM, Turner.

Notas

* Historiadora del arte, curadora y promotora cultural. Directora del Centro Cultural Brasil México.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: La gráfica del 68. Homenaje al movimiento estudiantil, 3a. ed.,1993 y www.artsy.net

- Foto 1: cronicasdeasfalto.com

- Foto 2: www.artsy.net

- Foto 3: gastv.mx

- Foto 4: La gráfica del 68. Homenaje al movimiento estudiantil, 3a. ed.,1993

- Foto 5: commons.wikimedia.org (CC BY-SA 3.0)

- Foto 6: www.facebook.com/pg/sdagaleria/photos/?ref=page_internal

CORREO del MAESTRO • núm. 307 • Diciembre 2021